Un tímido jovencito de recatadas maneras, ataviado con un uniforme de militar nazi, aguarda con las piernas entrecruzadas a su oponente en una de las mesas del gran torneo de Praga de 1942, se encuentra allí reemplazando al ex-campeón del mundo, el holandés Dr. Max Euwe quien desistió de participar en el renombrado torneo de ajedrez. No se imagina que faltando una ronda y cuando llevara un punto por delante de sus rivales, el ruso Alesandr Alekhine le daría alcance en la última ronda y lo derrotaría para empatar el primer lugar...