REFLEXIONES SOBRE EL MATCH DE
CHENNAI 2013, ODISEA DE SUPER ORDENADORES Y ERRORES HUMANOS
Se han cumplido las cuatro primeras
partidas del match por el Campeonato del Mundo de Ajedrez que se juega actualmente
en la ciudad de Chennai la India entre el 09 y el 28 de Noviembre de 2013, y
sería bueno empezar a hacer reflexiones honestas sobre lo acontecido en este
primer tercio del evento.
Primeramente tendremos que hacer una
presentación de estos dos protagonistas del duelo, los cuales tiene en vilo a
la gran población de adeptos al ajedrez, el segundo deporte más jugado en el
mundo formalmente.
Lo que sucedió con el primero de ellos
antes de cumplir sus 13 años, 4 meses y 27 días siempre será motivo de
especulación, puesto que hasta el mismo Magnus Carlsen ha referido “que tiene
escasa memoria” para esos envoltorios que adornaron su vida como infante antes
de graduarse como Gran Maestro del Ajedrez.
Lo cierto es que un jovencito de 11 o
12 años, era otro de los del montón, cuando pujaba como un intruso o advenedizo
cultor de la disciplina en torneos de cierto nivel, preferiblemente le gustaba
desgastar incontables horas de práctica a través de su ordenador jugando
partidas por internet u on line. Según él, esta práctica le dio mucho de su
fuerza actual, sobre todo en confianza, tal y como lo hacen innumerables
mozuelos incluso de menos edad por la red informática.
Actualmente, refiere el número 1, que
resulta sencillo el trámite hacia el conocimiento ajedrecístico, por la
inagotable base de datos e información que posee este mundo globalizado. Cosa
contraria al trabajo que tuvieron que realizar los Grandes Maestros románticos,
modernos y clásicos, peleando arduamente contra los avatares de la
desinformación, la no transmisión de los legados ajedrecísticos y una oscurantista
manera de tratar al ajedrez como juego bohemio o de superdotados. Dice: “En un
DVD puede haber la información necesaria para llevar a un joven cualquiera a convertirse
antes de los 13 años en un poderoso Gran maestro” y esto es una gran ventaja. A
pesar de su corta edad comenzó a trabajar antes que Kramnik y Anand con
ordenadores (aunque esto no me lo creo mucho pues según mi conocimiento esta
razón o record la tienen Anand y Kasparov desde antes que Carlsen dejara los
pañales).
Carlsen ha alcanzado lo que ningún
mortal se hubiera pretendido y soñado siquiera alcanzar. Ya que ha superado el
puntaje que Gary Kasparov ostentó durante muchos años como el jugador de mayor
ranking jamás nacido. Incluso muchos especialistas de la FIDE se equivocaron al
deducir y profetizar que esta barrera nunca sería rebasada o por lo menos en 50
años el Ogro de Bakú mantendría dicho record en sus manos. Pero otra fue la
historia, ya que el Mozart del Ajedrez, no solamente ha superado este puntaje,
sino que ha apretado el acelerador del marcador del mismo y no parece tener
prejuicio alguno a la hora de sumarle y sumarle más puntitos a este
impresionante score, esto aún más prodigioso cuando lo hace enfrentando quizá a
la mayor y mejor generación de ajedrecistas que puedan haber existido en este
planeta.
Hoy en día Carlsen goza de una
reputación de “inconsistente y jugador vago” e incluso no se considera
especialmente inteligente, pero si efectivo, ya que para él el ajedrez ocupa
sitio privilegiado a pesar que también se da el lujo de practicar algunas
actividades físicas de esparcimiento y recreación, quizá sapiente de que todo
ajedrecista depende de una máquina esencial-el cerebro- y que esta máquina debe
estar lo suficientemente aceitada u oxigenada para mantener este ritmo de
triunfos en una actividad tan exigente como loes el ajedrez.
Su hermana Ellen fue una especie de
motivadora de su aprendizaje primario en la disciplina y del comienzo de su
carrera, ya que con apenas unos 5 años de edad y a regañadientes apurados por
la intención de un padre súper obsesionado por el ajedrez, empezaron a
compartir estudio y análisis del juego, refiriendo que en unos meses ya se
habría hecho un insaciable devorador de libros especializados
Carlsen sonríe al decir: “cuando aún
no tenía ni dos años, quería hacer rompecabezas de cincuenta piezas. Además quería
saber las marcas de todos los coches corrientes, con apenas dos años y medio. Me
gustaba leer libros de geografía, con cinco años y logré aprender todos los
países de la tierra, con su capital y su población. Pero probablemente, el
ajedrez para mí sólo era una ocupación más.
“Después de mis primeros bajones en mi
forma deportiva y el encuentro con kasparov (¡ese hombre es una verdadera
máquina de analizar ajedrez!)Comprendí que el Ajedrez necesita de mucho trabajo
y dedicación y que lo importante no es llegar a ser alguien en este juego, sino
mucho más importante y complejos mantenerse”. “Es probable que yo no estaba muy
interesado en darle al ajedrez la importancia que necesitaba” “Hoy en día lo estudio
más decididamente, sobre todo la fase de los finales”.
Carlsen se caracteriza por ser un
jugador ambicioso y de notable capacidad volitiva, No se rinde nuca y plantea
giros violentos en sus partidas, imprimiéndole una clara atmósfera volátil a
las variantes que tiende a jugar, en eso quizás se aparece un tanto a su pseudo
entrenador Gary kasparov. No necesita estudiar mucho las aperturas y tampoco le
preocupa que sus rivales sean unos especialistas en ellas, ya que siempre tiene
la suficiente creatividad e imaginación de salirse de cualquier laboratorio
casero preparado entes de sus juegos, por lo cual sus rivales se ven seriamente
afectados en este aspecto cuando le enfrentan.
Tal es el caso de este match, donde la
preparación psicológica de Anand debe haberse centrado en cómo enfrentar esos
violentos cambios de paso que en el baile del noruego son profusos y
congruentes. Ya lo demostró en su primera parida y en la tercera cuando vario
su movimiento 3. Ag2 por 3. c4 y en la escogencia de un doble sistema de
fiancheto en su primera partida para enfrentar a un adecentado conocedor del
juego de las aperturas como Anand.
En la tercera partida sorprendió también
con una apertura como la Caro Kahn, una cosa que quizá no se adapta a sus concepciones
sobre el juego y mucho menos a su estilo raudo e incisivo. Pero lo hizo bien y
quedo muy bien parado, ante un Anand que poco sacó de la apertura.
La 4ta partida sin duda ha sido su
mejor juego de las cuatro jornadas, quizá un poco ayudado por las
complicaciones tácticas planteadas por su rival, quién sorpresivamente dio un
peón al niño prodigio a cambio de una supuesta iniciativa que muchos especialistas
dieron como verídica, aunque en nuestra modesta opinión esta era solamente un “aguacero
con el sol caliente”. En resumidas cuentas el noruego siempre estuvo mejor y
presto a alcanzar una ventaja significativa.
Quizá le faltó valorar con mayor
profundidad estratégica el juego resultante y dio muestras de una debilidad
conceptual en algunos pasos de este interesante encuentro (por ejemplo: 11.c5
en la primera partida, 21…Tac8 en la segunda partida y 28.e3 en la tercera del
match, jugadas harto innecesarias). Al promediar la partida y después de su sutil 31…g6 nadie daría un medio por la posición
del indio Anand, más aún a sabiendas que se podían seguir sucediendo cambios
para llegar a un final neto, donde las ventajas del noruego serían irrefutables
ya que éste ha demostrado ser un virtuoso de esta etapa de la partida, sin
menospreciar el talento de Anand para lo mismo.
Con respecto a la contraparte del
match, el indio Anand Viswanathan, mal nombrado Viswanathan Anand (un
problemita del gentilicio familiar que su padre en alguna que otra ocasión se
ha molestado en aclarar) se ha ganado desde hace mucho su pedestal en la
historia del ajedrez y por ende en la historia de la cultura humana. Nacido en la humilde y populosa población de Madrás aprendió
a jugar ajedrez cuando contaba los seis años de edad. Desde muy joven mostró un
singular talento para el juego. Llegando a ser en el año 1984 el primer jugador
de la India en obtener un título de Maestro Internacional.
En 1985 año de mucho auge ajedrecístico,
auspiciado por el match entre las dos K, se proclamó como campeón nacional de
su amada India, campeonato que obtendría en dos ocasiones más. 1987 fue bueno para él también al coronarse campeón
del mundo juvenil, logrando ese mismo año el codiciado título de Gran Maestro (igualmente
fue el primero nacido en la India). Desde sus inicios, Anand, conocido familiarmente
como Vishy, hace magia en el mundo del ajedrez por la facultada rapidez de su
juego, juego que no perdía profundidad a pesar de tal situación. Su mayor éxito
internacional no tardó en llegar cuando en 1991 logró su primer triunfo en un
torneo de élite al ganar el torneo Reggio Emilia superando en la tabla final de
clasificación nada menos y nada más que a Kasparov y Karpov entre otros notables
Grandes jugadores.
Anand ha ganado siete veces el Oscar
del ajedrez, lleva más de 11 años entre los top ranking del ajedrez y por
supuesto es el campeón del Mundo FIDE vigente, pedestal que se ha dado el lujo
defender el varias ocasiones contra terribles y portentosos rivales.
Sus principios y valores como ser
humano, apartando el ajedrez, lo señalan como un hombre de familia e
identificado profundamente con la problemáticas sociales de su inmensa nación,
donde es una especie de ídolo patrio y donde se ha encargado de ayudar a muchas
personas de todos los estratos sociales utilizando su figura emblemática. Se
podría decir que Anand es una especie de divo viviente, de los más populares
Campeones que haya tenido jamás el deporte ciencia.
Su estilo es posicional, y su juego lleno
de transparencia tanto como lógico (aunque más bien parece como un vaso de agua
cristalina con una gota de veneno) y su notable paciencia y verbo culto le caracteriza
fuera y dentro del tablero donde quiera que va. Es expresamente un hombre preparado
que a diferencia de Carlsen nunca ha desdicho o manifestado comentarios
adversos para con la disciplina que lo sustenta. Aunque ha hecho en otra
oportunidad oportunas y ajustadas críticas a la FIDE, se considera un
apaciguador o reconciliador del ajedrez más que un crítico traumático de las
fallas institucionales.
En una oportunidad se dio el lujo de
derrotar en el mismo torneo a las 2 K (Kasparov y Karpov utilizando menos de 30
minutos en su control del reloj de ambas partidas) lo que le valió el mote de la
mente más rápida del planeta.
En este match contra Carlsen Anand
busca desmentir ciertos argumentos planteados sobre el ajedrez en los últimas
décadas y la incorreccionable adepción del juego de los escaques al mundo de
los jóvenes maestros. Ya que hoy en día el promedio de edad de los Grandes Maestros
vivientes debe andar entre los 25 y 30 años y la edad promedio con que se gradúan
oscila entre los 12 y 17 años, Anand con casi 45 años sigue siendo el Campeón
del mundo.
En sus manos está demostrar que la
experiencia y la fuerza volitiva de los Grandes Campeones es un problema de preparación,
de disciplina, de sacrificios perennes sobre el tablero y no el producto de una
incontrolable maraña de conocimientos esparcida en el mundo por la
globalización de la información fortuita y gratis.
Por supuesto que haría mucho bien al
ajedrez tener un Campeón Mundial joven, y Anand lo sabe y lo ha manifestado,
pero él no está dispuesto a dejarle su cetro a ningún insulso jugador (no nos
referimos a Carlsen ¡Ojo!) producto de los medios publicitarios más que del
trabajo técnico profundo en la disciplina.
Anand se ha visto muy bien en sus 4
encuentros de este duelo, pero sin duda el nerviosismo le ha jugado alguna que
otra jugarreta, ya que en momentos críticos ha dejado escapar cierta
oportunidad de ventaja clara. Por ejemplo en la primera del match desdeño continuar
insistiendo en obtener profundidad en la posición cuando repitió jugadas para
una tablas y no un posible afianzamiento en el flanco dama donde tenía
inobjetable ventaja (jugando 15…b5 lo lograba).
Posteriormente en la segunda partida
con piezas blancas, la idea de tratar la apertura muy lógicamente sin proponer
agudeza en el cúmulo de variantes fue un error e incluso en la etapa final
debilita sus opciones en el flanco de rey con un 19.h5 en vez de 19.g4!, que
era una propuesta manifiesta a dejar las cosa en paz.
Las cosas en la tercera partida para
él no estuvieron claras ¿Porque razón?, pues con la notable ventaja obtenida
con piezas negras, tras un trato indecoroso de Carlsen en el sistema inglés,
debió agotar más recursos (tal y como lo manifestó el propio Kasparov) en la
posición resultante. Esta situación es peligrosa para él pues ante un rival tan
molesto e incisivo como Carlsen lo mejor es atosigarle constantemente de
preocupaciones y no dejarle aflorar su juego imaginativo e irreverente. Cualquier
devaneo del campeón Mundial a la hora de concretar las ventajas dejará el
camino expedito al noruego para explotar su juventud y quizá mejor
condición física para un match corto y
que puede definirse en las partidas blitz, donde Carlsen es prácticamente
infalible.
De la cuarta del duelo ya hablamos y
en cuanto a Anand, sencillamente “se enredó en sus propios pies”, al no tratarse
quizá de una variante preparada en la familiaridad y tranquilidad de su séquito
de analistas, Anand demostró cierto apego a lo inescrutable o azarístico, pues
su dudoso sacrificio de peón no hizo más que recordar las excentricidades de un
Fischer en el match del 72 jugado en Reykjavik. Si era una forma de acalorar a
Carlsen o de otorgarle cierta floritura es te match, lo ha logrado con creces
pues a más de uno infartó el dichoso sacrificio ni siquiera justificado por los
poderosos ordenadores actuales.
Pero el match sigue, quedan 8 juegos
por delante y es de difícil vaticinio, quién quiera opinar sobre un posible
resultado de este match se estaría engañando así mismo, pues ambos jugadores
poseen algo que el otro no posee (Carlsen juega cualquier tipo de posiciones
con una facilidad pasmosa y Anand es un jugador acostumbrado a posiciones
típicas, mientras Anand posee mucha más experiencia en match individuales y en la preparación que
esto acarrea) esas virtudes y carencias podrían jugar papel importante en el
desenlace de este duelo el cual, no está demás connotar, como el match más
interesante de los jugados por el campeonato del Mundo del ajedrez desde el
enfrentamiento entre Anatoly Karpov y Gary Kasparov en 1984.
¿Mi favorito? Bueno, prefiero
inclinarme por Anand, si me equivoco habrán mil excusas que lo justificarán,
por otro lado Carlsen no tiene ninguna excusa para fallar en la empresa que se ha
decidido asumir.
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