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junio 17, 2015

¿CÓMO ELEVAR EL NIVEL COMPETITIVO DE UN JUGADOR DE AJEDREZ? Expresado en 10 verdades



Pero ¿Será posible en una disciplina tan exigente como el ajedrez trabajar de manera eficiente, progresiva y progresista obteniendo excelentes resultados, muy a pesar que se utilice un menor tiempo de preparación? En este artículo te responderé a esa inquietud y trataré de establecerte unos tips muy precisos y solventes para mejorar tu calidad de juego, aunque seas uno de esos que tienen al tiempo como principal factor detractor...







¿CÓMO ELEVAR EL NIVEL COMPETITIVO DE UN JUGADOR DE AJEDREZ?
Expresado en 10 verdades

Árbitro Internacional Fide José Gauna


Como entrenador de ajedrez puedo puntualizar de manera indudable, y lo experimentamos todos los días, como muchos jugadores se quejan de no tener  el tiempo suficiente para trabajar sus capacidades y destrezas en el juego de ajedrez. Para ello, se fundamentan en las responsabilidades que les acarrean o traen la escuela, el trabajo, la familia, la relación de pareja etc…y así sucesivamente. Para ellos por supuesto, es la escasez de tiempo, el factor esencial que les impide ya sea como jugadores adultos o jóvenes elevar su fuerza de juego.

Pero ¿Será posible en una disciplina tan exigente como el ajedrez trabajar de manera eficiente, progresiva y progresista obteniendo excelentes resultados, muy a pesar que se utilice un menor tiempo de preparación? En este artículo te responderé a esa inquietud y trataré de establecerte unos tips muy precisos y solventes para mejorar tu calidad de juego, aunque seas uno de esos que tienen al tiempo como principal factor detractor.

1ra Verdad.
Todo depende del método! Tenga uno y verá como cambia su perspectiva para el estudio.

Puede parecerle un tanto incipiente, pero se sorprenderá de saber que la gran mayoría de los jugadores de ajedrez no tiene ningún método para su instrucción y entrenamiento. Ellos juran que trabajan muy fuerte, agotandose en sesiones sin planificación ni metodología: allí está la primera falla y quizá la más importante. Al no seguir ninguna pauta específica y no acomodar su proyección, logros y evaluaciones a un método no podrán nunca sopesar y medir sus resultados deportivos y competitivos. Para Emmanuel Lasker, ex campeón mundial de ajedrez, lo más importante es tener siempre un plan o método de preparación, este puede ser malo, insuficiente, deficiente, bueno excelente, no es importante, lo importante es tenerlo. Por supuesto hoy en día cuando la ciencia de la planificación deportiva se ha superado tanto y esta superación ha llegado incluso a tocar los rediles del entrenamiento en el ajedrez, conociendo de sus doctrinas dentro de la técnica del jugador, su psicología, su filosofía e incluso las incidencias fisiológicas y neuro fisiológicas que el ajedrez promueve en el deportista ajedrecistas, es probable que el método se haga más específico y sapiente para coadyuvar al desarrollo de las destrezas de un jugador de ajedrez. Tener un método de estudio ahorra muchas horas de rutina, usted sabe donde comienza y a donde vá, posee elementos de juicio en los contenidos por estudiar y puede realizar evaluaciones sobre la marcha sin perjudicar su actuación en pruebas preparatorias o fundamentales. Ud. tiene que planificar sus horarios de estudio y entrenamiento, sin importar que estos puedan ser reducidos e imperceptibles.

2da verdad.
No tema ni denigre a las sesiones de estudio a corto

A ciencia cierta las sesiones de entrenamiento o preparación de períodos largos no son mejores en nada a las sesiones cortas, es decir tanto provecho puede ud sacar de una hora de entrenamiento, como a la de un día, como a la de una semana. La fuerza o razón de este concocimiento estriba solamente en los niveles de atención, concentración, disciplina y auto control que contengan estas sesiones diversas. La motivación, elemento esencial y promordial del aprendizaje en todas sus escalas no es un instrumento ciego, un valor cerrado, ni un elemento meramente cognitivo, sino meta cognitivo. Para estar seguro de que se ha suscitado un aprendijaje se debe acusar una transformación de la personalidad un cambio de conducta en el aprehensor. Pero para ello deben intervenir en el plano psicomotivacional los siguientes elementos: 1. Atención 2. Curisosidad 3. Interacción efectiva con los elementos de juicios, con los materiales y con los sociales del medio 4. Enfoque y concentración de la energía del pensamiento productivo y 5. Niveles de aspiración claros y precisos (metas y objetivos). Esta es una de las muy buenas razones por las cuales no es aconsejable, o por lo menos es innecesaria la instrucción ajedrecística en niños en edades menores a los 7 años. Pero esto es arena de otro costal.
Siendo más científicos, Usted logrará cambios prominentes y productivos, si divide sus cargas de preparación largas de 4-5-6-7 y más horas, en varias sesiones cortas, como por ejemplo el de 1 hora. Su cerebro trabaja mejor si se le obliga a pensar o deliberar en varias sesiones por semana, que trabajando extensas sesiones de un solo lapso. Recuerde que su cerebro es una máquina que necesita períodos de descanso, aunque necesariamente se le puede engañar para que sus estados de retroalimentación sean más efectivos y consistentes. La escogencia de temas y motivos particulares de estudio en los contenidos del método endulzan las propiedades neurofisiológicas del cerebro y le incentivan la labor motivacional. Pequeños detalles, conceptos básicos, ideas elementales son mucho más efectivas que laboriosos problemas o análisis profundos para discernir asuntos tácticos y combinativos.

3ra verdad.
Cuál es el tiempo de entrenamiento más eficiente

Para sobrellevar este conocimiento es importante aceptar la premisa de que los jugadores de ajedrez son diferentes y responden a los modelos de preparación de maneras muy diversas, incluso donde sus temperamentos y caracteres tienen una definitiva proporsión. Sin embargo como estamos hablando de la herramienta esencial del ajedrecista, o sea su cerebro, es bueno saber que nuestro cerebro distribuye y puede disponer del tiempo como una dimensión propia, la puede dilatar, contraer o expandir a sus anchas, sin que muchas veces podamos percatarnos de esta funcionalidad. Con respecto al gusto para el estudio, algunos jugadores prefieren los horarios diurnos, otros los horarios matinales y por último están los que se aferran a la idea que es mejor trabajar en las noches de manera nocturna; no faltarán los que invierten las madrugadas en quejumbrosas tareas de especialización. Pero si algo nos ha aclarado la ciencia es que la mañana puede ser el mejor ambiente para desenvolver las elocubraciones y regocijos del pensamiento, por ende un cerebro ajedrecista trabaja de mejor manera en las tempranas horas del día, especialmente entre las 7 y 9 am. El cerebro se encuentra descansado y sus raudales energéticos, principalmente después de un buen baño y un deayuno balanceado y rico en azúcares y proteínas piden sin cuartel que se les ponga a prueba con problematicas para la subsistencia.
Trabajar en las mañanas es efectivo, productivo y colabora con los ciclos vitales de la homeostasis corporal, donde el organismo se recupera de los sismas o picos del stress, del eutres y del distres mental y neurofisiológico.
De no disponerse de este tiempo entonces sería bueno el trabajo matinal entre las 3 y 5 de la tarde. De lo que si estamos completamente seguro es que las cargas horarias de preparación durante las noches o madrugadas, destruyen las reservas de energía neuronal de manera violenta y perjudica los estados de subestimación, sobrealimentación y adaptación del organismo, principalmente puede colapsar las reservas de glicógeno o glucógeno del cerebro promoviendo los estados de ansiedad, insonnio y akinesia mental.
Pero para no ser tan dictatoriales y como estamos hablando de períodos cortos y de su aprovechamenito, si Usted es uno de esos que trabaja en horario nocturno dentro de su entrenamiento ajedrecístico, le recomiendo que los lapsos de estudio sean de apenas 45 minutos diarios y con las reservas del caso fundamentados en la resolución de problemáticas sencillas y elementales. Planos conceptuales y lecturas de la prosa ajedrecística.


4ta verdad.
¿No tiene Usted un entrenador?

Bueno y quién lo necesita! Si algo ha demostrado el ajedrez a través de sus milenios de existencia es que se trata de una disciplina 99% auto didáctica. Muy pocos aprenden el ajedrez de la mano de un sesudo especialista. Ojalá todos pudieramos gozar en nuestras primeras etapas de enseñanzas de un instructor con un verdadero perfil metodológico, pedagógico y didáctico.  Conocedor de las profundidades psicológicas y filosóficas del ser, además de un buen conocedor de la materia médica y neurofisiológica (“extremadamente” no estaría mal que también fuera un fuerte jugador). Pero si haber vamos, reunir todo eso en una sóla persona se me hace un poco difícil, no le parece?
El talento, a diferencia de lo que muchos piensan, no es algo con lo que nacemos y este es sólo el producto final del desarrollo contínuo de habilidades innatas que a través de un trabajo fuerte y disciplinado crea destrezas y capacidades para lograr jugar a nivel de Grandes Maestros. Esto está plenamente demostrado por los cualificadores del nivel ajedrecistico principalmente aquellos que determinan la fuerza momentánea de un deportista del ajedrez, más cristianamente te hablo del valor ELO o ranking del jugador de ajedrez. Por mucho talento que quieras conferirle a un novel aprehensor, este jamás ni nunca tendrá una valoración superior a la permitida por su cantidad de conocimiento y trabajo en la preparación teórica y práctica. Un jugador con 2500 puntos de elo quizá incluso pueda no ser talentoso y su fuerza de juego se deba más a una buena labor de entrenamiento y conocimiento de los principios básicos del juego.
El secreto en todo caso estará allí, conocimiento de los fundamentos y pricipios básicos del juego y su puesta en práctica contra jugadores de mayor nivel competitivo que Usted. Poco a poco verá como su valoración ranking cambia a más y ese aumento demostrará que se encuentra en el buen camino de una efectiva y exitosa preparación. Por supuesto los conceptos, consejos, palabras e ideas de un entrenador con experiencia cualificada siempre serán oportunos, pero no crea que si tiene a Kasparov como entrenador esto será garantía de superación ajedrecística a priori.


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5ta verdad
Hábituarse al ajedrez y amarlo como a ti mismo.

El esfuerzo constante aunque sea en sesiones de praparación cortas se verá siempre alentado por el inmemso amor y la entrega a la disciplina que practica. Uno de los elementos principales del triunfo ajedrecístico es el amor por la disciplina, si Usted lo tiene tendrá el 66,66% del camino recorrido. El otro 33,33% lo determina la fuerza de voluntad o trabajo contínuo y perdurable durante
la partida de ajedrez, elemento del que gozan los más grandes maestros de la historia.
Nunca trabaje o se prepare con detalles de distracción, aunque el trabajo sea corto. Sí, este no puede ser interrumpido por elementos externos perturbadores, y tendrá garantizado los estados de retroalimentación y recuperación, necesarios para el equilibrio de su proceso homeostásico.
Recuerde siempre que los estados de estrés, distrés y eutrés son sus mejores y peores enemigos, pero no hay que confundir las cargas normales de la preparación ajedrecística, plenamente justificadas por un método, con las cargas externas y traumas aleatorios de elementos perturbadores de la instrucción, de la preparación o del entrenamiento. Trate siempre de entrenar aislado del medio externo. Conviertalo en un hábito, para que se vuelva algo automático y psicosomático.



6ta verdad
La Recuperación o los días de descanso

No sea masoquista, el ajedrez es una disciplina pero no tiene porque ser un monasterio. Tómese su tiempo, descanse cuando pueda y cada vez que pueda, en los lapsos establecidos dentro de su método. Uno o dos días de descanso durante su plan de trabajo semanal le traerá confort y apaciguamiento mental para trabajar y digerir las cargas. Practique algún deporte complementario, sobre todo aquellos que se correlacionan con las exigencias neuromotoras.
A veces no necesitará siquiera practicar una actividad motora de amplio espectro, sino que actividades como la caminata, el trote, el Yoga, la meditación o el fitness puede ayudar para mantener su forma física en absoluta proyección y calidad.
Duerma mucho y aliméntese adecuadamente. La alimentación sobre todo puede ayudarle en las intensas luchas de la partida viva, aunque sus estados de sueño puedan haberse sentido afectados (es importante saber que el ajedrecista por cuestiones de cambios horarios por viajes largos, motivos de la preparación para pruebas fundamentales con microciclos de carga fuerte, estados de apatía mental, depresión, agotamiento etc puede ver afectados sus ciclos de sueño). Si hace alguna de estas dos cosas estará bien, si no tiene ninguna de las dos, explotará tarde o temprano, en estados de depresión y devaluaciones del pensamiento y de la razón.
¿Qué debe comer un ajedrecista? Pues de todo! Aunque esencialmente el azucar sano, obtenido de frutas, papelón, vegatales rojos y amarillos le garantizará una buena producción de glicógeno o glucógeno que su cerebro celebrará como un niño retozón. Evite las grasas quemadas y los edulzantes articificiales. Evite los azúcares y frutas, tortas, carnes rojas, pastas y pan durante la noche.
Mucha agua! Sí, hay que hidratarse muy bien, sobre todo durante la partida de ajedrez. Aunque de manera sosegada y controlada. El mucho líquido puede ser también perjudicial, pues puede causar electrólisis cerebral, “intoxicación por agua”es decir su cerebro se ahogará en agua. Un buen consejo puede ser consumir jugo de naranja durante las partidas, natural o agua con algunas gotitas de limón. Por cierto cada vez que pueda mantenga un chocolate en su mesa de juegos. Si toma café durante sus partidas hágalo sin echarle azúcar refinada y mucho menos café con leche.

7ma Verdad.
Recuerde: Viva siempre una actitud positiva!

Trabajar el ajedrez no es una tarea sencilla, al exigirle disciplina al cuerpo lo estamos retando. No todos podemos llegar a ser un gran maestro del ajedrez. Usted debe mantener una actitud positiva, para que su organismo le responda afirmativamente, colaborándole con todas las propuestas de entrenamiento a las que pueda ser llamado.
Al cuerpo se le debe exigir para que su salud se fortalezca, en la preparación de un ajedrecista la fuerza de las cargas acondicionará su versatilidad tanto para el triunfo como para la derrota. Por lo tanto aunque le exija, dótelo también de autoestima, confianza y motivación, esto le ayudará a recobrarse con prontitud de las caídas y más peligrosamente de los estados de euforia. Un pensamiento positivo regula los estados somáticos del cuerpo y sobre todo de la mente. Su cerebro es un ser alegre que necesita de regocijo y de confort aún en los momentos más difíciles. Es allí donde radica el famoso precepto “Cuerpo sano en mente sana” y viceversa.

8va verdad.
Las metas del ajedrecistas deben ser realistas, aunque con muchos toques de imaginación!

El establecimiento de los objetivos, como ya lo dijimos anteriormente, forma parte esencial del plan de preparación o de entrenamiento. Metas a corto, mediano y largo plazo pueden mantener al ajedrecista muy concentrado, enfocado, centrado, consecuente y responsable con su método y sus realizaciones. Las objetivos poco realistas no serían una gran idea, aunque el ajedrecista debe dejar volar su imaginación en todo momento, la lógica y la cordura pueden ser la gran diferencia entre el descalabro y el éxito total.
Por ejemplo, si usted es un jugador de 1800 puntos de ranking, ¿cómo podría estar pensando fijarse de una la meta de convertirse en Maestro Internacional, en seis meses o en el transcurso de un año después?. Comúnmente 300 o 400 puntos de ELO pueden alcanzarse en el lapso de un año, pero eso sólo le serviría para llegar a ser un Canditado a Maestro y en el mejor de los casos un Maestro Fide.
Ser realista no es perjudicial para la auto superación de metas y de valores, es más, garantiza estabilidad emocional y patrones de valoración de la conducta humana.
El nivel de ajedrez es como una esponja, hay que mantenerla estable, ni demasiado seca, ni demasiado mojada para asegurar su estabilidad y propiedas de permeabilidad. Lo único que puede demostrar el éxito de tu método es la consecusión metódica de tus objetivos.

9na verdad
Lo que se debe estudiar, aprender o mejorar

En el ensamblaje de un plan técnico metodológico para el entrenamiento en el ajedrez se pueden adecuar una infinida de temas, motivos y contenidos, pero para ser económico y distributivo, consciente de la importancia de ciertos items principales, lo mejor es centrarse en las siguientes ideas:
Conocimiento integral del tablero de ajedrez: “Para que jugar ajedrez, si no se conoce el terreno donde se desenvuelve la partida”. Lamentablemente para muchos aprehensores que caen en manos de seudo instructores  o seudo entrenadores, esta es la primera piedrita de tranca en la superación ajedrecistica y en el curso natural de la capacitación de las habilidades para el futuro maestro.
Es necesario que en los niveles más básicos e incluso en los más avanzados se pueda demostrar un absoluto dominio de la geometría, distribución y valor de los elementos espaciales del juego. Muchos ajedrecistas no saben distinguir entre una diagonal, una  fila y una columna determinada, mucho menos son capaces de recitar el nombre de un cúmulo de casillas de una diagonal, fila o columna, otros tantos llegan a la aberración de desconocer el color de un determinado escaque.Esto por supuesto delata una mala praxis en la instrucción y en el aprendizaje del tablero de ajedrez, cuestión que pondría en duda la correcta maniobra de las piezas sobre el mismo en un futuro práctico o teórico. Por ejemplo: ¿Podría Ud contestar a la siguiente pregunta?: ¿Cuál es llamado centro clásico del tablero y cuál de sus casillas es la más importantes?
El valor absoluto y relativo de las piezas: Al sol de hoy hasta los teóricos y especialistas se devanan los sesos y discuten sobre los valores absolutos y aún más los relativos de las piezas del ajedrez y cuando estas ocupan un determinado escaque sobre el tablero. Que si el caballo vale 3 y el alfil 3,25
Que si la dama 10 o 9 en relación a las torres etc. Lo cierto que el primer valor sólo raya en lo convencional de las matemáticas, pero lo segundo si podría tener mayor trascendencia en los desafíos dinámicos de la partida de ajedrez y en el valor de la comprensión total del juego. Quizá alli estriba la diferencia entre un jugador bizoño y un Gran Maestro del tablero, pues si bien es cierto que el jugador novel comprende cabalmente el valor absoluto de un peón en relación al de un caballo, poco puede hablar de los valores relativos de las piezas y cuando estos repercuten en los principios de la Actividad y de la Máxima Actividad dentro de los conceptos posicionales del juego.
El concepto: Es la idea, la imagen, lo que se dibuja o proyecta en la mente reconociendo la forma y contenido de un saber. Muchos ajedrecistas fundamentados en el concepto pueden apreciar o valorar apropiadamente una jugada, cúmulo de jugadas, combinaciones, temas y motivos de un plan con solamente pensar o encontrar el concepto en que se fundamentan. Esta es una versión muy particular de la visión abstracta y va en detrimento de la carga analítica del jugador, forma de pensamiento que puede representar en el ajedrecista una problemática de difícil superación. La mayoría de los jugadores siempre buscan jugadas, buscando analizar concretamente, pero los conceptualistas manejan ideas, situaciones típicas, cuadros posicionales, estos jugadores poseen una coraza protectora en la puesta en escena de los elementos profilácticos del juego y pueden resolver intricados problemas solamente con la aplicación de un  tema, un motivo, un concepto teórico.
La intuición en el ajedrecista por supuesto es la semblanza resumida de toda la experiencia y de todo el trabajo de laboratorio previo, más que una virtud mística o un simple elemento del azar.
La táctica: Reconocida en innumerables creciones artísticas, disciplinas deportivas y eventualidades del pensamiento crítico, la táctica en el ajedrez se formula como la serie de elementos transformadores de la estrategia o el plan de juego en una realidad. Todo plan realizable necesita de modelos tácticos definitorios, los temás tácticos en el ajedrez por ejemplo (La clavada, el doble ataque, el jaque doble, jaque al descubierto, la obstrucción, demolición de la defensa, etc. entre muchos otros) sirven como instrumentos clarificadores del juego posicional y en muchas circunstancias se comportan como elementos distractores del juego de posición. En el juego de posición los principios básicos del ajedrez llevan la batuta de la orquesta, pero siempre es bueno estar pendiente de la aprición de temas tácticos que pueden dar al traste con un elabarado plan estratégico o posicional.
La táctica es una forma clásica del juego del ajedrez pero no define su conducta, ella no funciona sino dentro de esquemas procedimentales y depende en gran proporción del error ajeno. Nadie puede preveer un ataque doble en 10 movidas y si lo hace peca de inocente, ya que su fundamento se gestiona en el juego azarístico que está fuera de la comprensión total de la partida. En cambio si podríamos prever el curso unidireccional de una partida donde un tema estratégico como el valor de la pareja de alfiles, una columna fuerte, un puesto avanzado, un alfil bueno contra un caballo malo, o un caballo bueno contra un alfil malo definen posicionalmente el juego o la partida toda.
Estudiar táctica es bueno, para concocer esos elementos distractores de la partida, pero muchos jugadores lo mal interpretan y se consumen innumerables libros de combinaciones esperando encontrar en cada partida estas soluciones salvativas y azarísticas. El mismo Capablanca aconsejaba a no prestar mucha importancia al valor combinativo del juego y más bien incentivaba la labor de un pensamiento simplificador. Lasker creía más en los valores del sentido común y de los elementos filosóficos y sicológios. El gran táctico de la historia del ajedrez Alekhine opinaba que las combinaciones eran el producto del error y no de las consecuencias naturales de la partida. Al final podríamos decir que la fortaleza táctica de un jugador es solamente el reflejo de su gran comprensión de las posiciones y el arte de castigar debilidades otorgadas por los oponentes.
La valoración del ataque: El principio del ataque reza: “Si hay algo que atacar ataquelo”, otro precepto del ajedrez sugiere que el bando que tiene ventaja está obligado a atacar. Pues bien vendría la siguiente cavilación ¿Y cómo se ataca? La experiencia nos dice que la gran parte de los noveles jugadores piensan que el ataque es una acción unitaria, un detalle fortuito del momento, un elemento simple o particular, pero lejos de esta concepción el ataque se muestra como una sucesión de acciones hilvanadas sobre el concepto de la explotación de alguna desventaja contraria, donde los factores de la ventaja de espacio, la inciativa perdurable, tiempos y la destrucción de las defensas del enemigo son vitales para el éxito. Otros elementos fundadores del ataque dentro del marco posicional son los Principios de la restricción y de la Limitación. En el ámbito de la táctica el ataque encuentra modelos de resolución en lances como la clavada, el doble ataque, el jaque a la descubierta, el bloqueo, la destrucción de la cadena de peones, obstrucción de la defensa etc. Peo nada de esto llega de buenas a primera y debe ser producto de un plan específico o general.
La valoración de la defensa: El verdadero arte del ajedrez es la defensa. Cada vez que activamos una pieza, estamos garantizando, a priori nuestro bienestar en el dispositico defensivo de la posición y aú cuando nuestras piezas se encuentren ya adentradas en territorio enemigo, el arte defensivo estriba más en el repliegue, en la recapitulación y en maniobrar de las piezas propias, las cuales deben poseer suficiente flexibilidad tanto para el avance como para reconocer una redistribución de los efectivos.
Los temas esenciales de la profilaxis han sido valores incuestionables de la superación del nivel ajedrecístico y consumados cultores y Grandes campeones de la historia se han destacado más por sus dotes defensivos que por su inigualable poder en el ataque. Tanto en la guerra como en el ajedrez, el desgaste progresivo de las acciones bélicas de nuestros oponentes está por encima de nuestras necesidades de aniquilar apresuradamente a nuestros enemigos en el tablero. Las posiciones débiles tienden a derrumbarse más consecuentemente por la carencia de recursos en la defensa que por el simple hecho que estén debilitadas (una posición debilitada se mantendrá incólume si encuentra suficientes elementos defensivos para su manutención)
Hay que estudiar cuadros o parcelas defensivas, estructuras de enroques debilitados, cadenas de peones móviles e inmóviles, esquemas de juego con reyes sin enrocar, posiciones típicas con piezas hiperacticas o hipoactivas, posiciones donde el valor de piezas homogéneas y heterogéneas definen la lucha, para así poder comprender y correlacionar los temas y los motivos de la defensa activa, posicional y pasiva.
El juego posicional: El concepto de que el ajedrez se debe jugar utilizando un estilo de juego definido, es decir: agresivo, agresivo posicional, posicicional y universal (son los 4 estilos de juego conocidos) es apenas parte del problema dentro de la comprensión total del juego. Más allá de las simples correcciones del temperamento innato del jugador y de sus ascensiones hacia un carácter que otorgue a sus partidas una rúbrica particular, se encuentran los conocimientos y conceptos que han dado forma y contenido al ajedrez mismo, y que a través de los años las escuelas de ajedrez han esculpido para el edificio teórico del ajedrez, convirtiéndolos en Principios Básicos y Fundamentales de la partida. Estos principios han tenido sus cultores y defensores a los largo de la historia de la disciplina, entre ellos podemos mencionar a Philidor, Steinitz, Ninzowicth, Reti, Capablanca, Tarrasch, Botvinnik etc, muchos de ellos se preocuparon por legar de manera científica y escrita los modelos temáticos y metodizados para la práctica de un ajedrez ceñido a pautas, normas y planes que sin pretender llegar a ser leyes (pues en el ajedrez no hay leyes) lograron que el ajedrez pudiera ser más accesible para su estudio y para su práctica.
Pero realmente fue el genial 3er Campeón Mundial José Raúl Capablanca quien mencionara de manera más precisa, la necesidad de contener todos los conocimientos formativos del ajedrez en conceptos muy simples y comprensibles. Su escuela de la simplificación (muy mal interpretada), fue acogida por Mijail Botvinnik para instaurar la escuela soviética y el círculo de pioneros en la rusia de mediados del siglo 20. Con ella se formaron y crecieron la totalidad de los Grandes Maestros Soviéticos, los rusos y las naciones aledañas al imperio socialista.
Estas ideas metodizadas no estuvieron por supuesto a disposición del mundo occidental y la mayoría de las naciones vieron reducidas sus expectativas y sus avances en la disciplina del ajedrez, a costa de soportar la casí insuperable hegemonía de la Unión Soviética hasta el casi entrado siglo 21, a excepción de la pequeña isla de Cuba (patria de capablnca) ningún país poseía un sibsistema de entrenamiento o preparación para jugadores de ajedrez).
Pero el mundo ha cambiado geopolíticamente y la otrora potencia ha caído. Tras la debacle del muro y la disgregación de la URSS, la fuga de Grandes Maestros hacia el mundo occidental, ha permitido que otras naciones subdesarrolladas en el conocimiento científico del ajedrez, acceda a estos preceptos e ideas. Países como España, Alemania, China, India, Estados Unidos, y otros tantos incluso del bloque latinoamericano han visto mejorados sus recursos para la comprensión de un ajedrez más académico, científico, pedagógico, didáctico y sobre todo posibilitado en la planificación deportiva, esto ha traido como consecuencia el nacimiento de jugadores Grandes maestros en lugares donde hace 20 años atrás no se hubiera pensado siquiera que se podría tener una práctica sistemática del ajedrez. El ejemplo más contundente es que el actual Campeón Mundial de ajedrez Magnus Carlsen proviene de un país donde ajedrez es una actividad poco frecuente y desestimada: Noruega.
Al parecer, han quedado atrás los días del dominio en el ajedrez de la escuela rusa y el motivo principal es que esos métodos de preparación y creación de Grandes Maestros han pasado a ser dominio globalizado.
Pero sin pretender extenderme mucho, aclararé que la idea fuerza de toda esta parafernalia informativa es que el ajedrez de alto rendimiento se fundamenta en el conocimiento del juego posicional concepto que manejan a plenitud todos los grandes jugadores y que ha sido la piedra angular de la aprendizaje-enseñanza del ajedrez en las naciones más desarrolladas en esta disciplina.
El Juego Posicional a diferencia del juego táctico y combinativo nos habla sobre una serie de factores, valores, elementos estructurales del juego donde la abstracción, la intuición, la creatividad, la filosofía, sicología, la cultura ajedrecística, el cálculo general y la valoración total de las posiciones son indispensables para alcanzar la comprensión del ajedrez. Ya no serían importantes entonces las ideas sobre un ajedrez romántico, repleto de tácticas complejas, análisis concreto de posiciones y temas combinativos que en el tiempos remotos fueron vitales para defender a un ajedrez azarístico, espectacular, pero que en el sentido práctico del juego hacen más difícil su comprensión y puesta en práctica, sobre todo para aquellos que pretenden alcanzar precozmente la maestría.
¿En qué se fundamenta el juego posicional?
El Juego Posicional se basa en la idea del cálculo general de las posiciones, más que en el cálculo analítico o concreto. Sus principios son los siguientes 1. Principio de la Actividad 2. Principio del Centro 3. Principio de la pieza menos activa 4. Principio del ataque 5. Principio del material 6. Principio de la Máxima Actividad; en este último están presentes 2 principios conformativos el Principio de la Restricción y el Principio de la Limitación.
Ya lo dijo en una oportunidad del gran Victor Korchnnoi: “Mientras más grande es la comprensión de un jugador de ajedrez, mucho menos jugadas tiene que calcular”, al final la suma  de todos estos principios promueve una absoluta comprensión del juego y de sus posibilidades sin necesidad de forrzar el recurso analítico durante la partida. La mayoría de los jugadores no formados en este sistema buscar resolver las posiciones en base al cálculo de jugadas y dejan a un lado los conceptos, preceptos básicos y temas esenciales, perdiendo o por lo menos invirtiendo mucho tiempo en sus análisis. Ya que el ajedrez no es una disciplina unilateral, sino muy diversa y complicada en los problemas del cálculo los maestros de la escuela soviética encontraron que era mucho más sencillo contener todas las posibilidades reales e irreales de la partida en Principios Básicos, comprensibles y generales que dieran al jugador una amplia capacidad mental para el cálculo generalizado y para la interpretación de las posiciones casi a “a vuelo de pájaro”. A este sistema es lo que llamamos la comprensión posicional del ajedrez.
La capacidad de maniobra: Es la visión espacial y geométrica del tablero (ya hablamos de su importancia en los primeros pasos de la enseñanaza del ajedrez) unida al conocimiento perfecto de las atribuciones y obligatoriedad de movimiento de las piezas. Mientras mejor se combinan estos conceptos mucho mejor se vuelve el juego de un maestro del ajedrez. El ajedrez esta repleto de posibilidades pero también el tablero está lleno de errores posibles (como aseveraba el GM S. Tartakower) la idea fundamental del ajedrez y para sus practicantes es reducir el número de posibilidades y los errores posibles a cometer. Lasker decía que la única diferencia entre un Gran maestro y un jugador novato es que el novato lo ve todo y trata de hacerlo todo, pero el Gran maestro lo ve todo pero trata de hacer lo más sencillo, apartando todo lo accesorio del juego y las complicaciones que esto puede acarrear.
La maniobra en el ajedrez, o “el maniobrar” como técnicamente y conceptualmente se le dice en los libros es una capacidad unida al dominio posicional, pero que ayuda a este ya que los jugadores están pendientes de cada lance táctico que se puede presentar en las posiciones y poseen la suficiente visión futurística para evitarlo o utilizarlo en beneficio propio.
Como ganar tiempos, como tomar la iniciativa, como aprovechar la ventaja de espacio, como golpear decididamente las debilidades del contrario y crearle aún otras más, están dentro de los intereses principales de la maniobar de alto rango, que sin dejar subyugarse por elementos superficiales como lances táctico elementales, temas y motivos combinativos o elementos sorpresa pueden darle al maestro de ajedrez la solidez necesaria para enfrentar a cualquier tipo de rival.
La técnica en el final: Si en una cosa han estado de acuerdo los más grandes jugadores del ajedrez así como los que tratan de enseñar con propiedad esta noble disciplina es el valor que posee en la didáctica ajedrecística el concocimiento y la comprensión cabal de los finales de partida.
Pero desafortunadamente se ha corrido la bola que la etapa de la partida que presenta mayor complejidad o es la más difícil es el final. Esto ha auyentado a los practicantes del ajedrez del estudio pormenorizado de esta etapa y por lo tanto les convierte en presa fácil de sus oponentes, cuando las sutilezas tácticas y combinativas han desaparecido del tablero.
En el final la lógica y los preceptos básicos son primordiales para alcanzar el triunfo. El final de partida es el resultado en su totalidad de los aciertos y errores cometidos en las 2 primeras etapas de la partida, pero incluso hay jugadores que desconcocen la propiedad de ciertos finales orginados de sistemas de aperturas y medios juegos típicos.
Se hace muy imprtante aprender, estudiar y practicar finales elementales y básicos, así como otros tantos más elaborados originados en los primeros, para así poder hablar de una verdadera maestría en el ajedrez. Practique los finales de partida y verá como su nivel de juego se eleva considerablemente. 

Te dejo aquí una tabla de valoración en cuánto a la capacitación que desrrolla el estudio de determinados finales de partida:

Tipo
Complejidad
Elevación del ranking
Finales de reyes y peones
Fácil
Entre 100 y 150 puntos
Finales de piezas menores
Medio
Entre 150 y 200 puntos
Finales de Torres
Medio
Entre 250 y 300 puntos
Finales de Damas
Difícil
Entre 350 y 400 Puntos
Finales Combinados
Difícil
Más de 400 puntos

El análisis y comprensión de lo elemental y lo básico expresado en los principios posicionales del ajedrez: Lo básico y elemental no tiene porque ser tabú para los estudiantes y practicantes del juego de ajedrez. Sin embargo es una verdad cierta que muchos jugadores consideran que estos no son elementos indispensables para superación ajedrecística, otros tantos huyen de los entrenadores que tratan de enseñarles y promulgar en ellos la idea del concepto sencillo y de los modelos típicos. Estos considerán que el ajedrez es una materia de alta complejidad y que mientras más intrincadas sean las problemáticas de entrenamiento mayor será su superación. Cuán equivocados están. Los factores elementales y básicos del juego y su relación directa con la comprensión posicional del juego de ajedrez no tiene ni puede tener discusión, así lo han demostrado las escuelas más avanzadas, las cuales van de lo particular a lo general en el aprendizaje-enseñanza del ajedrez, mucho más en la construcción de un edificio teórico comprensible y sencillo el cual eche las bases de las concepciones futuras hacia la maestría.
También aquí debemos hacer mención a la falsa creencia de que mientras mayor sea el nivel de los entrenadores en su fuerza de juego, tiutulaciones o ranking, más capacitados están para ser entrenadores u orientadores de alto relieve. Nada tiene que ver el nivel ténico de un Gran Maestro con sus dotes pedagógicas, metodológicas o conceptuales del juego. Si así fuera todos los Grandes Maestros pudieran ser Grandes Entrenadores, pero la realidad es otra.
La preparación psicológica: Un extenso tema que podría ser motivo de muchos libros por escribir y que en el estado actual de la enseñanza y el entrenamiento ajedrecístico cobra vital importancia. El ajedrez por ser una actividad de origen mental, promueve capacidades conrrelacionadas con el temperamento innato de las personas, con su capacidad de absorber caracteres identificables y moldeadores de la conducta y de sus estados volitivos. Por ello el ajedrecista debe confiar en sus propuestas niveladoras del estrés, el desarrollo de la auto estima, la confianza en si mismo y la fina inruición que le habilita a dominar el futuro de la partida y a lidiar con el pensamiento adverso de sus rivales.
Los entrenadores deben estar en capacidad de desarrollar en sus conducidos las destrezas psicológicas necesrias para soportar la presión y tensiones de la partida viva, Para ello existen muchos mecanismos, sobre todo soportandos en evaluaciones psicotécnivas donde el mismo jugador puede alcanzar un psicanálisis de su comportamiento fuera y dentro de la partida de ajedrez.
La consulta obligada de bibliografías versadas en este tema puede coadyuvar al desarrollo de la capacidad volitiva del jugador, convirtiéndole en una arma mortal por la facilidad de dominar o dosificar las aptitudes de sus oponentes: aquí cabe mencionar la célebre frase de Lasker: “No intentes hacerle la mejor jugada a tu rival, sino la que más le moleste”.
Ruben Fine, Adrian de Groot, N. Krogius proponen en sus ensayos, experimentos y textos interesantes discusiones sobre este tema. También existe un artículo mio que puedes leer en: http://ajedrezesmimundo.blogspot.com/2011/06/la-psicologia-en-el-ajedrez.html
El valor filosófico del juego de ajedrez: El componente etimológico de la palabra Filosofía está dado por dos palabras Philos: amor, sentimiento por, sentir y logos: ciencia. En este estado de conciencia aquellos que no sienten verdadero sentimiento por lo que realizan en el ajedrez están destinados al fracaso o en última instancia a vivir saboreando una insípida actividad que en cualquier momento pueden abandonar, hasta por el más mínimo detalle.
Botvinnik criticó a muchos de sus alumnos por la falta de condescendencia hacia las visiones filosóficas del ajedrez. Propuso algunos de ellos no llegarían a alcanzar una verdadera valoración y comprensión de la disciplina por sus escasos esfuerzos en la preparación, en el sentimiento profundo por lo que hacían y por sus carencias a la hora de publicitar sus juegos para autocrítica y para la crítica pública. Su idea era crear un ajedrez dialéctico, razonado, comprometido con los valores y con los principios morales, pautados por la ética científica del saber. Lea mucho, haga cultura ajedrecística, exponga a la crítica, a la valoración o al “escarnio público” sus partidas por medio de comentarios en blog, páginas web, ensayos ajedrecísticos, charlas y conferencias, transmita a las demás personas sus impresiones sobre el juego, de esta manera estará más en concordancia con el valor socializador del ajedrez y por ende con la verdadera filosofía de las actividades creativas.

10ma Verdad

Para finalizar recuerde siempre algo: "No es lo mismo instrucción ajedrecística que entrenamiento ajedrecístico"












1 comentario:

  1. Yo sinceramente creo que a los aficionados nos están engañando con los finales.
    El 99,5% de los libros de finales tratan de "los finales de los finales", es decir una fase técnica y que deja de lado el pensamiento perturbador de que treinta jugadas antes de los finales que nos presentan...¡seguía siendo un final! ¿Y qué libro te enseña a jugar esos "verdaderos" finales? En su lugar nos enseñan posiciones con pocas piezas a las que se ha llegado (entre aficionados me refiero) después de multitud de errores por ambas partes ¡EN EL FINAL! Porque como dice Jacob Aagaard en el único libro de finales que conozco que realmente trata de los "AUTÉNTICOS FINALES" (Maestría en la técnica) la gente suele jugar los finales con los principios del medio juego, y eso es completamente erróneo.

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