La Unión Soviética fue por muchos
años (quizá desde 1950 al 1991) la verdadera potencia inigualable del ajedrez, (como Rusia años posteriores) productora de Grandes Maestros, Maestros Internacionales y jugadores amateur de
notable fuerza. Por supuesto naciones que conformaban este bloque geopolítico
de países como Yugoslavia, Armenia, Hungría o letonia poseían quizá una genética
o historia social más antigua dentro de la problemática competitiva de la
disciplina de Caissa y siempre demostraron producir buenos atletas del ajedrez.