Lo cierto es que los estadísticos y laboratorios más serios efectuados en varios rincones del mundo, nos permiten encontrar un punto de encuentro en la metodización y orden científica de estos conocimientos. Especialmente cuando se trata de darle mayor profundidad y basamentos al concepto de una edad propicia para comenzar a enseñar/aprender ajedrez...
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¿A QUE EDAD SE PUEDE COMENZAR EN EL AJEDREZ?
Hacía tiempo
quería escribir un artículo sobre este atípico y escabroso tema, sin embargo es
probable que mis conocimientos sobre temas influyentes en este ítem, no eran lo
suficientemente claro, por lo menos no me convencía la azarosa magnitud de
escritos, opiniones, ensayos, bibliografías y hasta laboratorios establecidos
sobre una extraña maraña de conjeturas y sobre un piso de situaciones muy
especulativas que al final me mandaban al mismo sitio de disconformidad.
La
controvertida versión de que la mejor edad para comenzar en el ajedrez se
encuentra en la etapa pre-operacional (edades de Piaget/ entre los 2 y 7 años)
es a veces ridiculizada por palurdos vociferantes que estiman incluso una edad
más precoz ubicada en la etapa sensoria o motora, es decir sensiomotriz (entre
los 0 y 6 años). Ya esto ha tomado color incluso en situaciones como que en
Venezuela el Proyecto Nacional de ajedrez en las Escuelas ubica el aprendizaje
del ajedrez en estas edades prematuras.
Mi modo de
ver las cosas y en vista de más de 25 años de experiencias e investigaciones,
tanto de campo como teóricas, sobre todo aquellas que atañen a mis incursiones
como entrenador o más lejanamente como monitor e instructor del ajedrez, la
proliferación de falsos o carentes estudios sobre el tema del ajedrez de inicio
ha perturbado o ennegrecido la conciencia de especialistas o de aquellos
ignorantes, quienes a la ciega perjuran que la mejor forma de conseguir
ajedrecistas notables o lograr que el ajedrez se convierta en un facilitador,
conversor o catalizador de potenciales intelectuales en el hombre es iniciándolo
en edades muy tempraneras.
Lo cierto es
que los estadísticos y laboratorios más serios efectuados en varios rincones
del mundo, nos permiten encontrar un punto de encuentro en la metodización y
orden científica de estos conocimientos. Especialmente cuando se trata de darle
mayor profundidad y basamentos al concepto de una edad propicia para comenzar a
enseñar/aprender ajedrez.
Veamos
primero una encuesta realizada hace ya unos 10 años por mi persona en un
Colegio donde impartía clases de ajedrez como docente titular, entre padres y
profesores y que nos puede dar una idea sobre cómo ven las personas incluso
profesionales de la educación, la tarea de un ajedrez instruccional y las edades
idóneas para su comienzo.
Personas consultadas: 50
Padres o representantes: 35
Profesores o maestros de aula: 10
Directivos o coordinadores: 5
Preguntas de despistaje:
¿Sabe Ud. que es el ajedrez?
1.
Si: 49
2.
No: 1
¿Le gustaría aprender a jugar ajedrez?
1.
Si: 45
2.
No: 5
¿Le gustaría que sus hijos aprendieran a jugar
ajedrez?
1.
Si: 50
2.
No: 0
¿A qué edad le parece es más propicio la
enseñanza/aprendizaje del ajedrez?
No sabe: 10
1.
Entre 0 y
6 años: 30
2.
Entre 7 y
12 años: 8
3.
Entre 13 y
20 años: 1
4.
Cualquier
edad: 1
¿Ve Ud. algo especial en el ajedrez como
instrumento de carácter cultural, intelectual, psicológico, formador o
educativo?
1.
Cumple con
todos esos requisitos: 30
2.
No tengo
idea, ni conocimiento sobre el tema: 17
3.
No hay
nada especial en el ajedrez: 3
¿Practicaría Ud. o permitiría Ud. que sus hijos
jugaran el ajedrez deportivo o profesionalmente?
1.
Si me
gustaría mucho: 45
2.
No me
entusiasma la idea: 5
3.
No tiene
importancia: 0
¿Piensa Ud. que el ajedrez se debería
institucionalizar por medio del gobierno para ser impartido obligatoriamente n
escuelas públicas y privadas?
1. Si sería muy importante: 40
2. El ajedrez
es sólo una alternativa lúdica: 1
3. No creo
que no sería buena idea: 0
4. El ajedrez
es un juego de envite y azar, no viable para la juventud: 0
5. Solamente
en el área de educación física y deportiva: 9
Opiniones y comentarios, realizadas sobre una
pregunta global y específica:
Modelo:
“Hola, Me
gustaría que mi hijo pruebe, siendo muy pequeño, en cualquier caso, todo tipo
de actividades. Creo que así podría encontrar aquello que más le guste, esas
aficiones que le generen satisfacción y le acompañarán toda o parte de su vida.
Claro está, si no le gusta, no le insistiré, me parece que si no se prueba con
ellos, no habrá maneras de saber, cuál actividad le motiva o prefiere. La idea
es abrirles el mayor número de oportunidades para escoger la mejor. Una de esas
actividades que quiero que prueben es el ajedrez”.
Respuestas y comentario personas entrevistadas:
“El ajedrez no
es un juego, es una pasión. Ponga algún tablero con fichas (todo muy baratito)
por la casa y espera simplemente a que les apasione. Si tienes la suerte de que
les guste, les harás felices de por vida. Esa pasión no les abandonará nunca”.
“A mi hijo le
encanta jugar al ajedrez, no sé quién le enseñó, porque yo no sé jugar y en mi
casa nadie juega al ajedrez, ahora él tiene 10 años y da una clase una vez a la
semana en el colegio como actividad extraescolar, pero ya hace unos 3 años que
juega al ajedrez como hobby en su tiempo libre. Me parece que de nada sirve,
querer algo para los hijos si a los hijos no les gusta o no se les da bien.”
“He visto
niños que se ven obligados por sus padres para ir a clase de ajedrez y terminan
abandonándolo pues siempre pierden, hay que pensarlo, si les gusta y son
buenos, van a jugar siempre al ajedrez y algún día serán buenos jugadores”
“Los padres a
veces quieren vivir a través de sus hijos experiencias que ellos no tuvieron,
entonces les obligan a jugar ajedrez, sólo para obtener trofeos que les infle
el ego, eso no es bueno. Creo que esta actividad de salir del corazón y dejar a
los niños que muestren una motivación intrínseca.”
“Jugar ajedrez no hace
más listo a nadie. Miguel de Unamuno decía: jugar ajedrez solo desarrolla la
inteligencia de jugar ajedrez.”
“Comencé como
a los 5 años, y lo dejé cuando tenía como 19 años. Al principio me lo vendieron
como algo magnífico sobre todo para mejorar mis aptitudes sicológicas, con el
tiempo acabe dándome cuenta que había invertido muchas horas de mi vida a un
simple juego.”
“Yo he
enseñado a niños de casi todas las edades, el más joven tenía algo más de3 años
de edad, y te puedo asegurar que cuanto antes lo aprendan mejor para
desarrollar las aptitudes. Es bueno, eso sí controlar y mediar los horarios de
clase, nunca le dediques más de una hora a la semana o no les incites ni
insistas a mejorar mediante clubs, o estarás alienando a tu hijo.”
“El ajedrez
es una actividad muy fuerte y comprometedora para niños muy pequeños, y me
parece tonto querer que sólo se familiaricen con este juego en edades tan prematuras.
Sería mejor esperar que ellos tenga una edad más reconciliada con este tipo de
juegos y de allí en adelante, si es un proyecto viable darles herramientas para
que logren practicarlo y desarrollarlo fielmente”
“¿Acaso es
obligatorio jugar a la ajedrez?, ¿acaso que por jugar ajedrez a los niños te van
a salir más inteligentes?, yo pienso qué que esos son empeños tontos de algunos
padres. Con tres, cuatro o cinco años no se puede comprender este tipo de juego
si es que el ajedrez es verdaderamente un juego, es pelear a los críos y me
parece buscar a aburrirlos de gratis.”
Etapas de mayor trascendencia o base neurofisiológica
para la enseñanza del ajedrez
Etapa de las operaciones concretas
Entre los
siete (yo diría 8) y los doce años de edad el niño entra al escenario de las operaciones concretas, esta etapa del
desarrollo cognitivo empieza con el uso consciente de la lógica para llegando a
establecer conclusiones válidas, siempre y cuando las premisas desde las que se
parte tengan que ver con situaciones concretas y no abstractas, este es un paso
firme también en la formación de un joven en el ajedrez ya que el ajedrez
comienza también siempre por el establecimiento simbólico y modélico, para
posteriormente y por medio de necesidades sicológicas ir al campo de la intuición
o de la abstracción.
Se crean los
procesos metódicos y se pueden formar esquemas o sistemas por categorías. El
niño puede clasificar aspectos de la realidad, y se vuelven notablemente más reales
los objetos y la experiencia previa. La validación de esta etapa es la frase “Aprender
a pensar”. Aún, cuando el medio ambiente empieza a hacerse más complejo en esta
etapa, el estilo de pensamiento deja de ser egocéntrico y particular para
repartirse más con lo que le rodea. Es por ello que Ud. puede ver niños de 4, 5
0 6 años jugando con una pieza, mientras que en la edad operante concreta (8,
9, 10 años) ya comprende la sutileza de la colaboración del conjunto de todas
ellas.
Por ejemplo,
un síntoma típico de que un niño o niña ha accedido a la etapa de las
operaciones concretas es que sea capaz de inferir que la cantidad de líquido
contenido en un recipiente no depende de la forma que adquiere este líquido, ya
que conserva su volumen.
Etapa de las operaciones formales
La fase de
las operaciones formales es la última etapa de desarrollo cognitivo (de las propuestas
por Jean Piaget), desde los doce años de edad en adelante.
En ella se
gana la capacidad para utilizar la lógica (ya la lógica no es un elemento de
soporte, sino una herramienta) para llegar a conclusiones que no se encuentran
a simple vista, es decir aquellas abstractas que no están ligadas a casos
concretos, aquellas que llegan a la mente como un fogonazo sin experimentación
previa. Es el momento donde se valida la expresión "pensar sobre
pensar", aceptando las últimas consecuencias; analizar y “manipular
deliberadamente” modelos típicos, esquemas de pensamiento, posiciones teóricas
del ajedrez, así como utilizar el razonamiento hipotético y deductivo para
crear novedades está a la orden del día..
Controversia encendida en la élite del ajedrez:
Hace cierto
tiempo y en medio de un torneo de Grandes Maestros del ajedrez, se le hizo la
misma pregunta a varios GM: ¿Le gustaría que tus hijos practicaran el ajedrez?
La inhóspita e
inesperada respuesta de la mayoría de Grandes Maestros entrevistados fue: NO
Bien es
sabido que existe poca afinidad genealógica con respecto al ajedrez pues es raro
cuando un jugador de gran envergadura ha tenido tradición familiar ajedrecística,
o alguno de sus padres haya sido un excelente jugador. De hecho es casi
imposible encontrar que alguno de los Campeones mundiales del ajedrez haya
dejado un legado genético para el ajedrez. Algunos dicen que ellos no tuvieron
tiempo siquiera para producir pequeñas réplicas de su genialidad, augurando que
el ajedrez es una actividad sumamente distractora y envolvente como para
permitirles siquiera enseñar a sus hijos en estas lides, si es que pueden
tenerlos.
De casi 8
billones de habitantes en el planeta apenas existen apenas 1594 Grandes Maestros del
ajedrez, y esto se torna preocupante cuando a la élite de grandes cultores de
la disciplina cuesta tanto acceder. La FIDE registra más de 360.000 jugadores activos de torneos y 185 naciones afiliadas, aunque esta cantidad debe de ser irrisoria comparada con la cantidad de personas que juegan informalmente el ajedrez en el mundo completo. Muchos especialistas coinciden en señalar
que la labor instruccional y la enseñanza básica del juego tiene mucho que ver
con esto, más que definir al ajedrez como una disciplina mental lo
suficientemente compleja para no permitir progresar a la mayor parte de sus
practicantes.
La
introducción de los ordenadores y programas informáticos en el ajedrez ha
permitido acortar la edad media de un ajedrecista de alto nivel, más
profusamente aparecen en escena grandes maestros con edades de 13, 14 y 15
años, ya esto no parece una singularidad, sin embargo aún en estos tiempos siguen
en la palestra y permanecen de moda los grandes jugadores cuarentones y de
mayor edad. No creo que ambas cosas sean muy significativas si miramos el
copioso porcentaje de jugadores entre los 20 y 40 años que se hacen fuertes
jugadores en promedio de estas edades. Que haya niños prodigios o viejos
prodigios del ajedrez, es solamente una excepción bastante permisible y comprensible
ante una actividad donde el trabajo y la constancia, más los métodos efectivos
de enseñanza/aprendizaje se han hecho más científicos y saludables.
Es bueno
aclarar que como cultores, investigadores y personas profesionalizadas en el ámbito
ajedrecístico, nuestra misión debe ser la de establecer analogía y
correlacionar las funciones de un ajedrez instruccional de base consciente con
las notorias posibilidades de la creación y formación de los talentos
deportivos del ajedrez, aunque para muchos (y sin causa justificada) sea más
favorable y creíble la utilización del ajedrez como instrumento de superación
cognitiva y educativa.
Si nos basamos
en los nuevos hallazgos y adquisiciones en el campo neurobiológico,
neurofisiológico y psicopedagógico, el llamado “talento”, ya no se ve como algo
singular, misterioso e indescifrable. El Talento está seguramente correlacionado
con los factores innatos genéticos, pero en resumen resulta afectado
decididamente y porque no determinado y favorecido, por las orientaciones de
carácter social, ambientales, técnicos y de carácter disciplinario, posteriormente
es significativo y determinante la elección de una actividad, materia o disciplina
que se adapte a los modelos de un aprendizaje efectivo.
Si se quiere
ir al origen etimológico del término talento, para el pueblo hebreo y
babilónico correspondía a la carga que un hombre pudiese llevar y soportar en
la espalda y es probable que en el ajedrez esta denotación este “pintada calva”
ya que los ajedrecistas de alto rendimiento tienden a llevar sobre sus espaldas severas responsabilidades,
psíquicas, físicas e intelectuales.
Las amplias
discusiones sobre si el talento nace o se hace quedan de más cuando los más
connotados experimentos señalan una simbiosis entre lo que genéticamente ha
fabricado el ser durante casi cuatro mil millones de años de evolución y las
condiciones sobre las que se puede desenvolver esa masa genética de
potencialidades. Es como tratar de correr un Ferrari sobre un terreno rocoso y
escabroso. No sería un exabrupto tratar de convencer a los más versados que el
talento “nace y al mismo tiempo se hace”.
Ciertas
habilidades innatas en los ajedrecistas se hacen evidentes incluso a temprana
edad, aunque estas necesiten de una preparación y cultivo adecuados. Por ello
es esencial que en la instrucción básica y fundamental del ajedrecista se
establezcan modelos y conceptos sencillos, de fácil digestión e interpretación
para los previos neurofisiológicos del cerebro humano. Forzar las edades de
aprendizaje puede convertirse en un arma de doble filo, sobre todo si se
esperan metas competitivas o establecimiento de los pequeños en actividades
ajedrecísticas perdurables.
No es lo
mismo exponer a una pequeña cantidad de precoces jovencitos a actividades tan
comprometidas y exigentes desde el punto de vista psicomotivacional, que tratar
de involucrar a una extensa masa de aprehensores en edades prematuras de las
etapas preoperacionales.
Es notable
que la mayoría de estadísticos y laboratorios efectuados sobre el ajedrez
instruccional demuestren que las edades idóneas para comenzar la
enseñanza/aprendizaje se encuentre entre los 9 y 12 años. Lo demás sería poco
conocimiento sobre una actividad a la cual todavía en nuestros tiempos no se le
ha podido definir e interpretar o enmarcarla en el ámbito de lo deportivo, lo
artístico, lo científico o lo meramente lúdico. Por otra parte no cabe dentro
de estas discusiones las elucubraciones de padres ansiosos por ver a sus hijos
destacar en disciplinas de corte intelectual, o instructores amañados que valorando
más los éxitos o trofeos a ganar desdeñan el desarrollo humano, o de querer
simplemente tapar con un dedo la incapacidad de sus hijos en actividades de carácter
biomecánico, siendo el ajedrez para ellos simplemente un pañito de lágrimas.
No olvidemos
que la primera faena dentro del proceso enseñanza/aprendizaje es lograr la MOTIVACIÖN y esta no es una dirección o
elemento ciego sino que a su vez está conformada por otros elementos formativos
importantes y autógenos como son: La Atención, La Curiosidad, La Capacidad de Interacción
y Los Niveles de Aspiraciones. Estos elementos en niños de edades
comprendidas entre los 0 y 7 años son prácticamente irreconocibles e insostenibles.
Bibliografía de consulta científica:
Los conceptos estructurales en el aprendizaje por investigación
Sistema de actividades de ajedrez para mejorar la psicomotricidad en niños con retraso mental moderado
EL PAPEL DE LA IDENTIDAD ATLÉTICA Y LAS REGULACIONES MOTIVACIONALES SOBRE LA ADICCIÓN AL EJERCICIO
El ajedrez y su influencia en la etapa infantil para mejorar el coeficiente intelectual de los alumnos del 7mo año de educacion basica del Centro Educativo Cristiano” …
Sistema Instruccional de Ajedrez …Blanco, Uvencio: (1996).
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