Retrocediendo en el tiempo nos remontamos al año 1945, durante el curso de la etapa final del XIV Campeonato de la URSS, específicamente iba a jugarse la última ronda, y ya el GM Mijail Botvinnik y el GM Boleslavsky tenían asegurados los dos primeros lugares del evento en cuestión, sin embargo un grupo pequeño de jugadores se debatían por el tercer lugar de la gran competencia (y vaya que era interesante la puja pues la nada despreciable suma de 4000 rublos en premiación hacía arder la sala de competencia).
La jocosa anécdota tiene como contexto y protagonista principal al GM Alexander Kotov, el cual si lograba vencer en la partida de la última ronda a Alexander Tolush, lograría llevarse en solitario la totalidad del premio al tercer lugar. Tolush no había estado jugando muy bien durante todo el evento, no obstante era siempre un peligroso jugador, ya que su inquebrantable estilo de ataque lo colocaba ante cualquier oponente como un escollo difícil de soportar.
El simpático GM Kotov pensó las cosas con detenimiento y llegó a la conclusión de que no era mala la idea asegurarse el tercer puesto, no en el tablero, sino de antemano por medio de una insinuación a su próximo oponente. Fue así que poco antes de iniciar su partida, y ya que se encontraba conversando con Tolush le lanzó algunas cuantas indirectas, recibiendo del jugador de Leningrado la siguiente respuesta
-"La gloria para va para Ud. Y van los rublos para mí"
Al principio Kotov no parecía entender tal expresión maliciosa y como única contraoferta a la propuesta hubo de pedirle explicación. Tolush a pesar de su conocida figura de hombre muy noble y sin perversidad le dijo directamente que quería todo el dinero, ante lo cual el pedagogo del ajedrez e ingeniero aeronáutico rebaso la conversación con un:
- "Ud. está loco, lo más que puedo ofrecerle son 100 rublos"-
Riendo un poco Tolush le reiteró:
-"La gloria para Ud., los rublos para mí"-
Kotov quien siempre se distinguió por ser muy
analista de toda situación reflexionó durante un rato y le subió su oferta a
200 rublos; bien sabe la providencia sobre el destino y el caso es que Tolush
confió en ello manteniendo su férrea posición de pretender todo el botín.
Ante la reiteración de la ambiciosa fe de Tolush,
Kotov, dijo:
-"Entonces mi amigo correré mi suerte jugando
la partida",
-“Muy bien”- dijo Tolush…“y le advierto que le daré mate alrededor de las casillas f7 y g7”-.
Luego de este encontronazo verbal, disputaron una de las mejores partidas del certamen, la cual fue ganada por Tolush en gran forma tal y como había predicho. La moraleja de este suceso es quizá: “Es un arma de doble filo alimentar el ego de tu oponente, antes de enfrentarlo”
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